jueves, 15 de marzo de 2012

El leer para el Iván Portugal



Justamente hace 1 semana platicaba con una chica, platicaba de las cosas que nos dedicamos a hacer y lo que nos gusta hacer en nuestros tiempos libres... ella es linda, graciosa y hasta tiene un grado de cultura considerable para su edad (15 años) así que me llevó a la conclusión de que quizá ella gustaba de leer... así que se lo pregunté y me dijo: “NO, no me gusta leer” a lo que continuó con una pregunta: “¿por qué te gusta leer?”, en ese momento necesitaba dar una respuesta rápida y lo que pronto salió de mi fue: “Es divertido, entretenido y aprendes cosas de los libros”... pero mi respuesta no me convenció a decir verdad, así que estuve buscando una respuesta que me agradara y me llevó a lo siguiente:

El leer se expresa con calma, es una reacción que se puede apreciar en varios aspectos... cuando leo en voz alta es extraño que desenfoque mi mente de lo que estoy leyendo ya que pongo atención visual y auditiva mente cuando las palabras caen sobre mi oído y escurren hasta el cerebro donde al mismo tiempo recaen las imágenes de las letras que lentamente analizo y acaricio con mi mano y mi vista... como si fuera una doncella que merece ser tratada con delicadeza, poco a poco recorro esas letras con la yema de mis dedos y la imaginación vuela... donde las imágenes que forma mi cerebro tienen relación inmediata con lo que esté leyendo, el poder que se tiene es que todo lo imaginas a tu gusto... a pesar de que lo que leo no me agrade demasiado, lo que imagino es lo más perfecto que puede estar para mí, es como una canción que empieza tranquila y el tono va subiendo hasta convertirse en un placer que no puedes dejar de sentir... hasta cierto punto es adictivo. Lentamente lamiendo los labios de mi imaginación sube el tono de mis caricias y creo un escenario donde las uñas de la doncella llamada narrativa, prosa, verso o cualquier otra forma de la literatura comienzan a desgarrar mi espalda hasta el punto que deseo arder. Simplemente entendiendo la fachada de la pasión, donde me invade la convicción de tocar, escuchar, sentir esa sensualidad que recorre en toda su expresión aquel libro que se encuentra escondido, aterrado... Donde la enseñanza es, según la perspectiva y el ánimo que traiga, algo que puedo aplicar diariamente, en alguna situación rara o quizá solamente fueron pensamientos metafóricos y una buena poesía que quise degustar con mi propio ser.

Y así es como defino el leer, como mi amante, el amor de mi vida y con lo que aprendo que realmente lo que importa es lo de adentro y no simplemente la portada...

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