miércoles, 7 de marzo de 2012

Te vas.


Unas cuantas lágrimas riegan el césped de mis mejillas, al son de tu despedida... Y pensar que creí que no pasaría nunca por ésto y menos pensar que contigo sería.

Una amiga que siempre recordaré, con la que siempre estaré en momentos difíciles y alegres, en todo momento cuando haya necesidad, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad... aunque parezcan mis votos nupciales así es.

Eres una de las personas más valiosas en ésta mi vida llena de cosas... pocas valiosas como tú.

Una despedida excepcional de la cual nunca me olvidaré; recordando, riendo, platicando, llorando y un roce de labios que aunque ambos lo neguemos, estuvimos deseando todo el tiempo repetirlo.

Tu voz iluminó mi camino más de una vez y tus palabras trazaron el camino por el bien más de dos veces, tus labios reconstruyeron el amor más de tres veces y tus caricias dibujaron sonrisas en mi más de cuatro, cinco... mil veces.

Me llegaste y no lo puedo negar, aunque algo más nunca pasó, gracias por aparecer en mi vida en el momento ideal para quedarte clavada en ella... eres una de las pocas personas con las que no me siento comprometido al decirte las cosas como son; ya te he dicho tantas cosas, que una más, aunque sea muy “comprometedora” o muy veráz, no dejará de ser importante.... y a la vez insignificante.

La verdad es que si te extrañaré, pero me alegra más el saber que tú estás bien y que sabemos que ésto es pasajero, la tristeza, el extrañarnos... el estar llorando ahora, es pasajero.

Nunca fui bueno en las despedidas y eres la primera con la que lloro en alguna... y pensar que nunca creí que ésto sucediera contigo... pensar que contigo sería solo una amistad, algo más banal y quizá superficial.

Te quiero muchísimo, casi puedo asegurar que te amo.... pero sería un atrevimiento muy vulgar y repentino de mi parte. Eres una de mis mejores amigas; con la que nunca oculto nada, con la que expreso mis inquietudes, la que me ayuda en mis problemas y que me escucha en mis desahogos, a la que ayudo en sus problemas, escucho en sus desahogos, comparto inquietudes y nunca tendrá miedo de ocultar nada.

Los caminos se han dividido por ahora, pero la promesa que te hice la tendré en mente siempre, nunca olvidar lo que sucedió y recordarlo para bien... algún día nos volveremos a ver... pero por lo pronto solo quiero decir que te extrañaré... Te quiero eish.



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